Una Introducción a la Taxonomía de Bloom para Diseñadores Instruccionales

Los objetivos de aprendizaje son la esencia misma del proceso de Diseño Instruccional y con mucha razón: sin ellos, ¿cómo sabríamos qué contenidos y actividades incluir o integrar en nuestros cursos? Desafortunadamente (más de las veces que nos gustaría) los objetivos de aprendizaje no están claramente definidos o alineados a la necesidades de formación por lo que es difícil determinar si se han cumplido al finalizar la experiencia. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo establecer Objetivos de aprendizaje...pertinentes? ¡Con la guía de la Taxonomía de Bloom!

Este sistema de clasificación fue específicamente diseñado para ayudar a los instructores - y a los diseñadores instruccionales - a definir claramente objetivos de aprendizaje y a su vez crear cursos que satisfagan las necesidades de los estudiantes. Echemos un vistazo más de cerca, cómo este principio de diseño instruccional se aplica al diseño de cursos eLearning.


¿Qué es la Taxonomía de Bloom?

En su trabajo original, Bloom y un comité de educadores identificaron tres dominios del aprendizaje: dominio cognitivo (mentales), dominio afectivo (emocionales), y dominio psicomotor (físico). Sin embargo, cuando la mayoría de la gente piensa de la Taxonomía de Bloom sólo se enconfoca en el dominio cognitivo.

El dominio cognitivo se divide en seis categorías, cada una representando un nivel de habilidad cognitiva. Cada categoría está asociada con un conjunto de verbos o procesos cognitivos que describen lo que los estudiantes - o participantes en un curso en línea - deben ser capaces de hacer. En los últimos años, los nombres y el orden de estas categorías se han revisado y ajustado, pero la idea general sigue siendo el misma.
  • Memorizar: reconocer, recordar
  • Comprensión: interpretar, ejemplificar, clasificar, resumir, inferir, comparar, explicar
  • Aplicación: la ejecución, implementación
  • Análisis: la diferenciación, la organización, atribuyendo
  • Evaluación: cheques, criticar
  • Creación: generar, planear, producir
La taxonomía revisada también incluye una segunda dimensión, llamada la dimensión del conocimiento. Esta dimensión se divide en cuatro categorías:

Factual: conocimiento de la terminología; conocimiento de detalles y elementos específicos
Conceptual: el conocimiento de las clasificaciones y categorías; el conocimiento de los principios y generalización; conocimiento de las teorías, modelos y estructuras
Procedimental: conocimiento de las habilidades y los algoritmos de temas específicos; conocimiento de las técnicas y métodos de temas específicos; conocimiento de los criterios para determinar cuándo utilizar procedimientos apropiados
Metacognitiva: conocimiento estratégico; el conocimiento acerca de las tareas cognitivas, incluyendo contextual adecuada y el conocimiento condicional; conocimiento de sí mismo.

Una vez comprendido este proceso cognitivo que se espera lograr por los estudiantes y el tipo de conocimiento que el curso cubre, estaremos entonces listos para escribir el objetivo de aprendizaje.

¿Cómo? Simplemente combine el sujeto (el estudiante-participante), el verbo de la dimensión del proceso cognitivo (lo que los estudiantes deben saber cómo hacer), y el objeto de la dimensión del conocimiento (el conocimiento que necesitan adquirir).

Por ejemplo:

Objetivo de aprendizje: Al finalizar este curso los participantes serán capaces de reconocer los tres dominios de la taxonomía de Bloom.

¿Cómo se aplica ésto al Diseño instruccional para cursos eLearning?

Como desarrolladores de cursos eLearning sabemos que escribir objetivos claros de aprendizaje es esencial para el éxito de nuestros cursos. Son la base para el proceso de diseño instruccional y deben dar forma a cada aspecto de nuestros cursos: a partir del contenido integramos las actividades que diseñamos. El o los cursos contemplarán objetivos de aprendizaje muy distintos entre sí tanto si se espera que los alumnos simplemente recuerden la información presentada en el curso o si lo que en realidad de espera de ellos es que desarrollen algo completamente nuevo tomando como base dicha información previamente proporcionada.

Echemos un vistazo a los ejemplos de actividades que se pueden diseñar para cada uno de los seis niveles de habilidad cognitiva:
  • Memorización: ejemplos, conferencias, videos, imágenes
  • Comprensión: preguntas básicas de concursos (opción múltiple, juego, etc.)
  • Aplicación: ejercicios prácticos, juegos de rol, simulaciones
  • Análisis: preguntas de resolución de problemas, casos de estudio
  • Evaluación: estudios de caso, críticas, evaluaciones
  • Creación: proyectos, preguntas complejas de concursos (participación en foros o debates en línea, respuesta libre, ensayos, entradas de blog, etc.)
Como vemos, algunas actividades pueden ser utilizados por más de un nivel de habilidad; todo depende de cómo diseñemos nuestro curso. Y esto es sólo el principio, hay muchas más actividades que se pueden diseñar para ayudar a nuestros participantes a alcanzar cada uno de estos niveles de habilidad cognitiva.

Espero que este artículo haya sido de interés y utilidad para ayudarnos a ver cómo podemos aplicar la Taxonomía de Bloom a nuestro proceso de Diseño Instruccional, con el fin de redactar e integrar objetivos de aprendizaje claros y pertinentes.

¿Quieres saber más sobre el Diseño Instruccional? Puedes consultar los siguientes artículos (en inglés y español):

An Introduction to Instruccional Design

The Free eBook: How To Become An Instructional Designer 

Fundamentos del Diseño Instruccional

Y la Taxonomía de Bloom con ejemplos de verbos para redactar y construir objetivos de aprendizaje:

Fuente: La Taxonomía de Bloom en detalle en The Flipped Classroom, en línea 2015
Bibliografía:
Cecelia Munzenmaier, MS, Bloom’s Taxonomy: What’s Old Is New Again (Santa Rosa: The eLearning Guild, 2013).
Este artículo fue redactado tomando como base: An Introduction to Bloom's Taxonomy for Instructional Designers en línea, por Allison Lamotte de Elearning Heroes, junio de 2015

Comentarios